Lo mejor de Eslovenia


Situado en el corazón de Europa, este pequeño país de poco más de 2 millones de habitantes posee una enorme riqueza natural, al encontrarse más de la mitad de su territorio cubierto por frondosos bosques. Fue el primer país del mundo declarado como "Destino Verde" según los criterios de Green Destinations, y su capital, Ljubljana, galardonada en 2016 con el título de Capital Verde Europea.

La joya natural por excelencia es el Parque Nacional Triglav, sin quitar mérito a los otros 44 Parques Paisajísticos y 3 Parques Regionales.
Para viajar a Eslovenia desde España aún no hay ninguna compañía aérea que opere vuelos directos, pero aún así, es de fácil acceso a través de otros puntos cercanos como Venecia, Zagreb o Pula. Desde allí lo ideal es alquilar un coche, ya que es la manera más sencilla para poder recorrer el país con total libertad. El único requisito indispensable para poder circular es adquirir la "viñeta", una pegatina para poner en el parabrisas y que da acceso ilimitado a todas las carreteras. Esta pegatina tiene un coste en función de su validez, pero lo habitual para quienes visiten Eslovenia es hacerse con la viñeta semanal por 15 euros. Esta pegatina se puede adquirir en todas las gasolineras en Eslovenia y sus países vecinos.

A grandes rasgos, podríamos identificar en el país cuatro zonas con características diferentes:
- El Noroeste, marcado por la presencia de los Alpes Julianos.
- El Suroeste, con sus preciosas ciudades costeras, su clima mediterráneo, y cuevas kársticas.
- El Noreste, famoso por sus termas naturales y sus campos de viñedos.
- El Sureste, donde la mayor parte del territorio es bosque.

Y en el centro de estas cuatro zonas se encuentra la capital, Ljubljana, el corazón del país, ciudad cosmopolita donde se respira un ambiente maravilloso, especialmente en su Casco Antiguo y a lo largo de la ribera del río Ljubljanica que lo atraviesa. Debido a las grandes zonas peatonales, pasear por sus calles se convierte en un verdadero placer.

Erigiéndose en lo más alto de la ciudad, a 376 metros sobre el nivel del mar, se encuentra el Castillo Medieval, construido sobre el antiguo asentamiento romano de Emona. Se trata de una visita absolutamente necesaria, aunque solo sea por las espectaculares vistas que ofrece desde lo alto de la torre. Es posible acceder al castillo mediante un funicular situado junto a la Plaza del Mercado, cuyo coste es de 3€ ida y vuelta, o 1,50€ por solo un trayecto. Una buena opción es subir utilizando el funicular, y bajar por un serpenteante camino arbolado que lleva de vuelta a las inmediaciones de la Plaza del Mercado.
Son famosos los puentes que cruzan sobre el río a lo largo del casco antiguo de Ljubliana, especialmente el Puente Triple, que conecta la Plaza Central con el Ayuntamiento, y el Puente de los Dragones, custodiado por cuatro de estos seres fantásticos, dos en cada orilla. Este animal es el símbolo por excelencia de la ciudad, ocupando un lugar destacado en su escudo. Existen varias leyendas que tratan sobre la existencia de dragones en la zona, y los más ancianos del lugar aún cuentan que algunas noches es posible intuir una gran sombra sobrevolando el castillo.

Para los amantes de las actividades al aire libre, el lugar soñado es el Parque Nacional Triglav, donde se levanta imponente la cima más alta del país, el Pico Triglav, casi siempre nevado.
En este parque nacional es posible realizar actividades de aventura como el rafting o el descenso en kayac por el río Soca, rutas en bicicleta y escalada, y en invierno es un paraíso para los amantes del sky. Hay además dos preciosos lagos en los que está permitido bañarse, el Lago Bohinj y el Lago Bled. Alrededor de ambos hay marcadas unas rutas de senderismo de una enorme belleza, cuya duración oscila entre las dos horas y media y las tres horas, y que no suponen ninguna dificultad.

Desde el Lago Bled también se puede realizar la visita de la Garganta de Vintgar, un capricho geológico y natural horadado durante miles de años por las aguas del río Rodovna. Para ello la mejor opción es seguir una ruta que toma como punto de inicio y punto final las orillas del lago, y cuya duración es de aproximadamente tres horas. Para ello habrá que dirigirse al Noroeste por la calle Presernova Cesta, luego dirección Norte por Partizanska Cesta hasta llegar a Cesta Vingar. Ésta última conduce hasta Podhom, donde se encuentra la entrada. Una vez finalizado el recorrido por la garganta, unos pequeños carteles de madera indican el camino de regreso a Bled, pasando por la antigua Iglesia de Santa Catalina que data de alrededor del año 1400.

Otro de los atractivos de Eslovenia lo encontramos en la región del Carso, en el Sudeste del país, una zona mundialmente reconocida por la existencia de cientos de enormes cavidades excavadas por ríos subterráneos, entre las que destacan las Cuevas de Postojna y las Cuevas de Skocjan.

- Cuevas de Postojna:
Es la cueva kárstica más visitada de Europa, el paraíso de las estalactitas, con 21 km de galerías, salones y recovecos, cuya fama comenzó a extenderse gracias a la visita del archiduque de Austria Fernando I en el año 1819, tras la cual se produjo un proceso de apertura turística que continúa en la actualidad, habiendo recibido hasta el momento a casi 40 millones de personas procedentes de todo el mundo.
Hoy en día se pueden visitar unos 5 km de galerías y túneles, de los cuales 3,7 km se recorren en un pequeño tren, y el resto a pié, siempre acompañados por un guía que explicará los aspectos más interesantes de su historia y de su formación. Es posible además realizar la visita del "Vivarium", un edificio anexo a las cuevas, donde conocer más acerca de la fauna que habita las profundidades, compuesta por alrededor de 150 especies de animales, entre los que destaca el Proteo, también conocido como el "pez humano", un peculiar animal de entre 25-30cm, el único vertebrado en Europa que vive bajo el subsuelo terráqueo y sin luz.

- Cuevas de Skocjan:
Son probablemente las más hermosas de Eslovenia, declaradas Patrimonio de la Humanidad UNESCO desde 1986, cuentan con el cañón subterráneo más grande del mundo, con una longitud de 2.600 metros, una anchura de 60 metros, y una altura máxima de 146 metros. Pueden visitarse varios kilómetros de caminos acondicionados que atraviesan impresionantes puentes, cascadas subterráneas y grandes salas con estalactitas y estalagmitas que llegan a alcanzar los 15 metros. Hay constancia de su existencia ya desde el siglo II, en los escritos de Posidonio de Apamea, que menciona "el río Timava fluye desde las montañas, cae en el abismo y después, recorriendo 130 estadios bajo la superficie de la roca, emerge cerca del mar". Las visitas son siempre guiadas, y tienen una duración de alrededor de 90 minutos.

En las proximidades de las cuevas, a unos 10 km de Postojna, podemos encontrar el Castillo de Predjama, una espectacular fortaleza construida en el siglo XII en la entrada de una cueva en la cara pétrea de la montaña.

El castillo se hizo célebre gracias a la leyenda del Barón Erazem Lueger, conocido como el "bandido bueno", ya que era el lugar donde se refugiaba después de acometer los asaltos a los comerciantes que cubrían la ruta que unía Viena con Trieste. La traición de uno de sus sirvientes puso fin a sus aventuras, lanzando un aviso cuando el barón acudió a una de las zonas expuestas del castillo para ir al baño. Un certero cañonazo acabó con la vida de este personaje. Además de la visita del castillo, entre los meses de Mayo y Septiembre es posible acceder a la cueva sobre la que está construido, habitada por una colonia de murciélagos.
Merece también la pena descender desde la puerta del castillo hasta la orilla del río Lokva, desde donde se obtiene una perspectiva imponente de esta fortaleza.

En Eslovenia, a pesar de que solo posee 40km de litoral entre Italia y Croacia, también es posible encontrar playas. El mar Adriático baña su costa con aguas tranquilas y cristalinas, y si bien hay que matizar que la mayoría de sus playas son más bien pequeñas calas de grava y roca, también es posible encontrar arenales como el de Portoroz.

Siguiendo la línea de la costa, desde Koper hasta Portoroz, se encuentran pequeñas ciudades en las que podemos ver reflejada la influencia de la República de Venecia. Piran, la ciudad costera más bonita de Eslovenia, es un claro ejemplo de ello. Ciudad productora de sal desde el año 804, era el principal proveedor de este producto para el imperio comercial veneciano, y bajo su dominio comenzó a crecer rápidamente. Se construyeron bellos edificios y fortificaciones para protegerla, de modo que actualmente se la considera como el puerto veneciano mejor conservado del mundo, junto a la propia Venecia. En la actualidad las salinas aún siguen en funcionamiento, utilizando el mismo proceso artesanal que se implantó en 1358, manteniendo así inmutable durante siglos la forma en que se produce la flor de sal.

Para una información más completa sobre Eslovenia, puedes visitar la siguiente web:
https://www.turismoeslovenia.es/