Roma secreta


Roma, mundialmente conocida por su impresionante legado arquitectónico, artístico y cultural.
Se dice que todos los caminos conducen a ella, que es "caput mundi", y que es la ciudad eterna.
Son por todos conocidos el Coliseo, el Panteón de Agripa, la Plaza Navona, la Fontana di Trevi, el Vaticano, o la Plaza de España, pero ¿qué sorpresas oculta esta fascinante ciudad?

Aquí descubriremos alguno de sus secretos, que todo viajero debería conocer antes de internarse por sus empedradas calles:

En la Piazza dei Cavalieri di Malta, se encuentra el Palacio Aventino, una elegante construcción ajardinada que alberga la Embajada del Priorato de Malta, una orden religiosa también conocida como los Caballeros de Malta. Este palacio es un lugar cerrado al público, pero paradojicamente nos ofrece una de las mejores vistas de la ciudad, ya que desde el agujero de la cerradura de su puerta principal, es posible contemplar la majestuosidad de la cúpula de San Pedro a través de una bóveda formada por las ramas de los árboles del jardín del palacio.

En el centro de Piazza Navona, encontramos la Fuente de los Cuatro Ríos (la Fontana dei Quattro Fiumi) construida entre 1648 y 1651 por Gian Lorenzo BerniniEn esta fuente se representan los cuatro ríos más largos de cada continente conocidos en aquella época, que son el río de la Plata en América, el río Ganges en Asia, el río Danubio en Europa, y el río Nilo en África. Si nos fijamos con detenimiento, hay un personaje, aquel que encarna al río Nilo, cuya identidad se mantiene escondida, ya que un velo cubre su rostro. El motivo de permanecer oculto al observador, es que en la época de la construcción de esta fuente, se desconocía el origen del nacimiento del Nilo, un velo sobre el conocimiento humano reflejado en el anonimato de la estatua que simboliza a este río.

Siempre en esta misma fuente, hay otro personaje, aquel que encarna al Río de la Plata, que se representa protegiéndose el rostro con el brazo izquierdo. Pues bien, justo frente a la Fuente de los Cuatro Ríos, se alza la iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane, cuya fachada es obra de Francesco Borrominiotro gran artista que competía con Bernini por ser quien gozase del favor del Papa, y así recibir los encargos para erigir las principales construcciones de la ciudad. Según cuenta la leyenda, era tan fuerte la rivalidad que existía ente ambos artistas, que el motivo por el cual la figura que da vida al Río de la Plata muestra esta pose de protección, era el temor a que la fachada se derrumbase.

En la vía di Santa Sabina, en lo alto del Monte Aventino, se encuentra el jardín de los naranjos, uno de los parques con las mejores vistas sobre toda Roma, un remanso de paz, y un rincón magnífico para disfrutar de la ciudad desde otro punto de vista, alejado de las multitudes y el caos, donde un olor a naranjas perfuma el aire.



En el Piazzale Ostense, encontramos una curiosidad que llama mucho la atención. Si bien, a lo largo de toda la ciudad, encontramos numerosas muestras de arte egipcio en forma de obeliscos, llama mucho la atención la existencia de una pirámide, tumba del magistrado Cayo Cestio. Su construcción data del año 12 a.C, época coincidente con la conquista de Egipto por parte del Imperio Romano. Tiene una altura de 36 metros, y una base cuadrada de 30 metros por cada lado. Su interior alberga una cámara sepulcral con paredes adornadas con frescos y figuras de ninfas, además de cuatro Victorias aladas situadas en las esquinas del techo. Es una muestra de la influencia de la cultura egipcia en la propia cultura de Roma.

A orillas del río Tiber, y a escasa distancia de la basílica de San Pedro, se encuentra una construcción de mediados del siglo II d.C destinada en su origen a ser el mausoleo del emperador Adriano, y que con el transcurso de los años se convirtió en fortaleza; se trata del Castel Sant' Angelo. Se dice que a esta construcción se la empezó a conocer con este nombre desde el año 590 d.C; Roma se veía asolada por un brote de peste, y el Papa Gregorio Magno, convocó a los habitantes de la ciudad en una procesión, durante la cual el Arcángel Miguel se apareció sobre el castillo envainando la espada, lo que se interpretó como el final de la epidemia. Poco después, efectivamente la peste remitió, y se ordenó ubicar una estatua del Arcángel en lo alto de la fortaleza. La actual data del año 1753, mientras que la original se encuentra en la actualidad en uno de sus patios.

Una de las más antigüas redes de alcantarillado del mundo se encuentra en esta ciudad. Recibe el nombre de Cloaca Massima y data del siglo VI a.C, cuando el rey de Roma Lucio Tarquinio Prisco ordenó su construcción con el fin de drenar los pantanos locales y de eliminar los desperdicios de una de las urbes más pobladas de la época, mediante un conducto que descargaba sobre las aguas del río Tiber. En la actualidad, los pasajes originales aún existentes, se han conectado a la moderna red de alcantarillado de la ciudad, por lo que se podría afirmar que es una de las infraestructuras romanas que en la actualidad continúan funcionamiento. Su desembocadura al río es visible a lo ojos de los turistas desde el Puente Palatino, junto al Ponte Rotto.

La iglesia de Santa Maria della Concezione dei Cappuccini, que se encuentra en Vía Veneto, fue construida entre 1626 y 1631, y se caracteriza por albergar una cripta, dividida en 6 pequeñas capillas, decorada con los huesos de unos 4.000 frailes capuchinos recopilados entre los años 1528 y 1870, traídos desde Vía dei Lucchesi. Los huesos están ordenados de forma "artística", dando lugar a diferentes elementos decorativos tan sorprendentes como macabros. Un pequeño cartel a la entrada deja a la vista de todos los visitantes un inquietante mensaje: "como vosotros nosotros eramos; como nosotros vosotros seréis".

En medio del río Tiber, frente al pintoresco barrio del Trastevere, encontramos la Isla Tiberina. Según cuenta la leyenda, el último Rey de Roma, Lucio Tarquinio, fue un personaje soberbio, que había reinado de manera opresiva y tirana. El pueblo, cansado de la dictadura, lo destronó, y lanzó su cuerpo al río en el 509 a.C; con el paso del tiempo, sobre él, se habrían ido acumulando sedimentos y tierra que dieron origen a esta pequeña isla, que se convirtió en un lugar innoble, hasta que en el año 293 a.C, durante un brote de peste, una serpiente, símbolo del dios griego de la medicina, saltó de una barca y llegó a nado hasta la isla. Esto se interpretó como una señal de que el dios quiso que se construyera en ese lugar un templo en su honor. Su construcción se llevó a cabo, y cuando se terminó, el brote de peste remitió.