Navidad en Friburgo de Brisgovia


Ubicada en el corazón de la Selva Negra, cerca de la frontera con Francia y Suiza, se encuentra la pequeña ciudad histórica de Friburgo de Brisgovia, en una de las regiones vitivinícolas más importantes de Alemania.
Su casco antiguo destaca por ser uno de los más bellos del país, franqueado por los típicos “canales”, pequeñas acequias que discurren en paralelo a las aceras. Sus edificios datan de la época medieval, entre los que podríamos destacar la torre gótica de la impresionante catedral, que con sus 116 metros de altura es una de las obras de arquitectura religiosa alemana más bellas.
Llama la atención el edificio histórico de unos grandes almacenes de 1532, con su fachada en color rojo oscuro y las torrecillas de las esquinas pintadas de colores, así como la Haus Zum Schönen Eck de 1761, que hoy alberga el Museo de Historia de la Ciudad, y la Alte Wache, en la actualidad la Casa del vino de Baden, una buena forma de aprovechar un edificio antiguo tan bonito. La Plaza de los Agustinos es la segunda plaza central del casco histórico. Rodeada por antiguos conventos agustinos y por los restos de la antigua muralla, es uno de los puntos de encuentro favoritos en Friburgo, lo que quizá se deba a la gran escalera al final de la plaza; a continuación, está la Plaza del Ayuntamiento, con el ayuntamiento antiguo y el nuevo, la iglesia gótica Martinskirche y la fuente con el monumento al monje y alquimista Berthold Schwarz, de quien se dice que inventó la pólvora y la pólvora negra.
Una de las mejores fechas para visitar Friburgo de Brisgovia es en Navidad, cuando tiene lugar su tradicional Mercado Navideño, que se encuentra entre los más atractivos de Centro Europa, y cuya actividad se desarrolla los cuatro fines de semana anteriores al Adviento. El lugar donde se ubican las características casetas de madera es el centro histórico de la ciudad, rodeado por el claustro gótico del antiguo Monasterio Franciscano, por la Iglesia Martinskirche y por las bellas fachadas de los dos Ayuntamientos.
Como manda la tradición, gran parte del mercado está dedicado a los productos navideños y artesanales de la región de la Selva Negra, así, en sus estrechas callejuelas podremos encontrar numerosos carpinteros, sopladores de vidrio, joyeros, alfareros e incluso un taller de velas. Y sobre todos ellos flota el agradable aroma de las tradicionales pastas navideñas alemanas (como el “Lebkuchen”), del típico vino caliente (“Glühwein”), de las especias, de las almendras garrapiñadas, de las castañas asadas y de las deliciosas especialidades de la región como los embutidos ahumados de la Selva Negra, la pasta de patata (“Schupfnudeln”) y el chucrut con bacon (“Specksauerkraut”).
A pocos kilómetros de Friburgo, en medio del frondoso bosque, se celebra el Mercado de Navidad de la Alta Selva Negra, en el aura misteriosa de la Garganta de Ravenna. Este mercado ubicado en un valle de leyendas se celebra durante los cuatro fines del Adviento y reúne a más de 40 de los mejores artesanos de la región. Por su ubicación, entre bosques, colinas y al amparo de un viaducto de 40 metros de altura, se trata de una experiencia salvaje y romántica, única en la región.

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