Es de hecho su patrimonio natural lo que fascina de este país, desde las tierras salvajes del Parque Nacional de Chobe, hasta los pantanos del Delta del Okavango, a través de las escarpadas tierras de Tuli y el valle de Limpopo, hasta la inmensa soledad de las Salinas de Makgadikgadi, y cómo no, las indomables arenas onduladas del Desierto de Kalahari, que cubre más del 80% del territorio.
Botswana tiene actualmente una población aproximada de 1,9 millones de habitantes, la mayoría perteneciente al grupo étnico Tswana, de los cuales alrededor de 300.000 viven en la capital, Gaborone. Los Tswana llegaron a este territorio a principios del siglo XIX, y amenazados por las invasiones de Zulúes y Boeros, se vieron obligados a solicitar la ayuda de Gran Bretaña, declarándose Protectorado Británico en 1885. Su independencia llegó de manera pacífica, tras presentar una propuesta de gobierno democrático, constituyéndose como República en 1966. Desde entonces, la estabilidad económica y política han favorecido un entorno adecuado para el desarrollo del turismo, cuyo modelo sea posiblemente el más razonado de todo el continente, con un fuerte énfasis en la conservación, el mantenimiento y la promoción de su rico patrimonio cultural, fomentando los alojamientos de alta calidad y bajo volumen en los alrededores de los parques naturales, evitando así los errores del excesivo desarrollo.
Para quienes visitan por primera vez Botswana, el destino más popular es el Delta del Okavango, al que solo se puede acceder en avioneta desde la ciudad de Maun.
El Delta es alimentado por el río Okavango, que nace en las tierras altas de Angola. Desde allí el agua fluye hacia el interior y el sureste de Botswana, donde se despliega para dar vida a un paraíso de marismas, cañaverales, arroyos, planicies aluviales, islas, y largos tramos de agua fresca y clara.
Este humedal, que abarca 15.000 km2, termina diluyéndose y desapareciendo sigilosamente en las arenas del desierto.
Una tercera parte del Delta del Okavango compone la Reserva de Animales de Moremi, reconocida como la mejor reserva de animales de África. La reserva recibió su nombre por el Jefe Moremi de la tribu de los Batawana, quienes, debido a la invasión del ganado y el daño causado por la caza furtiva, tomaron medidas para proteger su patrimonio, uno de los ecosistemas más ricos y diversos del continente. Moremi fue declarada reserva nacional en 1963 y es actualmente la única zona de protección oficial del Delta del Okavango.
La observación de fauna y flora en la reserva es espectacular, ya que abarca todas las especies herbívoras y carnívoras de la región, incluyendo más de 400 especies de aves, muchas de ellas migratorias y otras en peligro de extinción. Además se ha reintroducido en la zona tanto al rinoceronte blanco como al rinoceronte negro, haciendo de ésta una reserva en la que es posible observar a "Los 5 Grandes", leopardo, león, búfalo, elefante y rinoceronte.
Otro de los atractivos principales del Botswana es el Parque Nacional de Chobe, situado al noroeste del país, y que toma su nombre del río que entra desde Angola con el nombre de Kwando, que cambia para convertirse en el Linyanti, el Itenge, y finalmente el Chobe. Este parque, fundado en 1968, abarca una extensión de 11.700 km2 de terreno yermo primo. Dentro de él, existen cuatro zonas ecológicas diferenciadas: las orillas del río Chobe, Ngwezumba, Savute y Linyanti. Cada una de estas zonas tiene unas características únicas por su diversidad ecológica y animal. Sin duda la parte más transitada es la correspondiente a las orillas del río, una franja de tierra a ambos lados que expone las llanuras aluviales, y proporciona unas posibilidades de avistamiento de animales sin precedentes. Aquí abundan búfalos, jirafas, cebras, leones, perros salvajes africanos, kudus, pukus, chacales, ñus y guepardos, entre otros muchos animales.
Pero lo más extraordinario del Parque Nacional de Chobe es su prolífica población de elefantes, que se encuentra entre las más grandes del mundo, con alrededor de 154.000 ejemplares moviéndose en libertad por el norte de Botswana y los países vecinos.
Ocupando la mayor parte de la extensión del país, encontramos el Desierto de Kgalagadi, más conocido como Kalahari, y que significa "el lugar de la gran sed". De hecho, ésta es la mayor área continua de arena en el mundo, abarcando un total de 2,5 millones de km2.
Las arenas del Kalahari se extienden sobre 9 países: Gabón, Congo, Zaire, Angola, Zambia, Zimbabue, Namibia, Sudáfrica y Botswana.
No es un desierto en el término más estricto de la palabra, ya que tiene amplias variaciones en la vegetación, con hierba, árboles y arbustos de la sabana. Las especies de árboles predominantes son la acacia, el mopane, el baobab y la mórula. En la superficie, generalmente plana del desierto, podemos encontrar sutiles variaciones, como valles pluviales fósiles, dunas y salares, que en épocas de lluvia abundante pueden llenarse. Cuando esto ocurre, el aspecto del desierto se transforma, y dominan interminables extensiones de praderas y lagunas, atrayendo así la vida silvestre.
El Kalahari es el hogar de una abundante variedad de especies animales, que se han adaptado a este entorno, que a menudo puede resultar inhóspito.
Así las perspectivas de ver leopardos, hienas, y los característicos leones de melena negra, son bastante buenas. También se pueden encontrar gacelas, órices, suricatos, mangostas y osos hormigueros.
En la parte del Kalahari que pertenece a Botswana, se han establecido dos reservas nacionales y un parque transfronterizo: La reserva de animales de Kalahari Central, la reserva de animales de Khutse, y el Parque Transfronterizo del Kgalagadi.
La Reserva de animales del Kalahari Central abarca una superficie de 52.800 km2, lo que la convierte en la segunda reserva de animales más grande del mundo. Se caracteriza por sus vastas llanuras, salinas y antigüos cauces de ríos, con una variada vegetación que abarca desde las diversas especies de árboles en las dunas de arena del norte, hasta la sabana en la zona central, siendo el sur y el este la parte más densamente arbolada con bosques de mopanes.
Esta reserva acoge una gran variedad de mamíferos, como jirafas, leopardos, hienas marrones, guepardos, leones y perros salvajes. Otros animales que se pueden avistar con frecuencia son los zorros de orejas de murciélago, puerco espines, ardillas, mangostas, jabalíes y, con menos frecuencia, pangolines.
El mejor momento para visitarlo es entre los meses de Noviembre y Abril, ya que si las lluvias han sido buenas, los animales se concentrarán en los salares y en los valles.
La Reserva de animales de Khutse, que significa "lugar donde arrodillarse y beber" es la más próxima a la capital, Gaborone, desde donde se puede acceder a través de un recorrido interesante por diversos pueblos del desierto, incluido Molepolole, conocido como la puerta del Kalahari.
En los 2.500 km2 de extensión de esta reserva se combinan la mayoría de los diferentes hábitats de este desierto: praderas onduladas, lechos de ríos, dunas fósiles, césped y salares desnudos.
En ellos podemos observar con frecuencia, gacelas, órices, jirafas, ñus, chacales de lomo negro, leones, leopardos, guepardos, y hienas marrones, en peligro de extinción.
Por último, el Parque Transfronterizo de Kgalagadi, se extiende entre Botswana y Sudáfrica, ocupando un total de 38.000 km2, que se gestionan como una sola unidad con la cooperación de los dos países. Éste es uno de los últimos grandes territorios vírgenes de África, ya que es un ecosistema relativamente libre de interferencia humana, donde la casi total ausencia de barreras, permite que la fauna pueda migrar libremente.
El Parque Transfronterizo es otro de los hogares del legendario león de melena negra, y de una gran variedad de fauna desértica.
Hay un estricto control de acceso al parque, que limita el número de vehículos que pueden transitar por los senderos y el número de noches que un grupo puede permanecer alojado (generalmente una sola noche) y el número de personas que se puede acoger, por lo que es esencial organizar esta visita con mucha antelación.
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